¿Por qué pasa lo que pasa?

Felix qui potuit rerum cognoscere causas.
(Feliz quien conoce las causas de las cosas)

Virgilio

Debería haber quedado claro que la solución prohibicionista al problema de las drogas es cara, ineficaz y peligrosa. Hemos constatado cómo las tendencias oficiales actuales, pese al auge cada vez mayor de las corrientes liberalizadoras, parecen encastilladas en mantener e incrementar la represión contra la producción, tráfico y consumo de las sustancias prohibidas. Así pues, y aceptando el fracaso de la prohibición, la gran pregunta que se nos plantea es: ¿cómo es posible que un tratamiento que no funciona, que agrava o directamente genera los síntomas que pretende combatir y que implica un derroche ingente de recursos siga manteniéndose contra toda lógica ante la conformidad entusiasta de una gran parte de los ciudadanos, el beneplácito de los medios de comunicación y la unanimidad de las fuerzas políticas? Contestar esta fascinante cuestión debería ser sin duda objeto de otro libro, pero me atrevería a apuntar aquí algunos aspectos a tener en cuenta para, al menos, intuir por dónde puede encontrarse la respuesta.