Drogas y el afán prohibidor

Un ensayo sobre las drogas, las prohibiciones y los delirios colectivos

Una idea de Jordi Cebrián

Mire vuesa merced que son molinos...

“El yerro es cosa común a todos los hombres; pero cuando ha cometido un fallo, el sabio repara el daño que ha hecho y no se mantiene inmutable. La obstinación engendra todo género de males”

Sófocles, Antígona



Parecería que, ante los datos objetivos que desde todos los ángulos nos demuestran el fracaso trágico del prohibicionismo, la duda sobre si éste es el camino correcto, cuando menos, debería extenderse. Sin embargo, son muchos los aspectos que parecen indicarnos que sólo se extienden la histeria y la sinrazón. Nuestras sociedades se empeñan testarudamente en no dar marcha atrás, en un sostenella y no enmendalla trágico y absurdo. Si la prohibición no ha funcionado, más prohibición; si la represión no ha servido, más represión; si las cárceles se llenan, más cárceles.

Creamos o no que el uso de sustancias psicoactivas es nocivo para el ser humano, que su utilización responsable nos puede aportar placer y conocimiento o que son sustancias intrínsecamente malas, incapaces de ser usadas con beneficios por el común de los humanos, considero evidente que el prohibicionismo es un experimento fracasado como mecanismo de control de las mismas. Tras lo visto, habremos de coincidir en que el sistema prohibicionista, al margen de consumir cantidades ingentes de recursos que nuestras sociedades necesitarían sin duda para objetivos más realistas, de generar un inmenso daño colateral en forma de víctimas de la lucha contra la Droga, de enriquecer, a modo de subvención pagada por todos, a las mafias internacionales, de pervertir los relaciones legítimas de los estados respecto sus ciudadanos, es, ante todo, incapaz de conseguir lo que pretende como objetivo declarado principal: que dejen de usarse las sustancias psicoactivas ilegales. ¿Qué nos queda, pues? ¿Qué alternativas al sistema actual se presentan? ¿Sería la renuncia al actual sistema prohibicionista una rendición ante lo inevitable o un inteligente cambio de rumbo que haría desaparecer gran parte del dolor e injusticia relacionados con las drogas que hoy existen?