El problema de la 'droga': La dimensión ética y moral

Es interesante observar cómo se han ido modificando las percepciones del problema por parte de la sociedad desde que existe la prohibición. Como veremos en el capítulo siguiente, el origen de la prohibición era mayoritariamente de orden religioso y moral. El proceso social que ha convertido a la Medicina en una nueva religión cuyo diosa es la Salud y su Iglesia el Estado, ha hecho derivar lo que originariamente era una pugna entre sistemas morales, en un conflicto médico. Pero aun así, gran parte de la fuerza de los antiguos argumentos moralistas se mantiene casi intacta. Se enuncian así: La Droga roba al individuo su libertad, volviéndole su esclavo; su dignidad, quitándole su cordura y su razón; y su ética, apartándole de su familia, sus hijos, sus amigos y la sociedad toda. Por otra parte, la búsqueda del placer a toda costa vuelve al hombre improductivo, haciéndole olvidar su función social. La Droga hace perder el respeto por la autoridad, por los padres y educadores y, horror, por la ley en general y los políticos en particular. Con palabras muy claras lo expresaba Mato Reboredo, jefe de la Brigada de Estupefacientes hasta agosto de 1978, quien refiriéndose a los jóvenes escribe: “Una vez entregados al consumo indebido de estas sustancias se han vuelto, a veces, agresivos, y, en el mejor de los casos, desobedientes o descarriados, indisciplinados, vagos, escépticos e incapaces de tolerar la disciplina familiar; dejaron los estudios o el trabajo para ingresar en la grey de los melenudos” .

Desde otro punto de vista, ciertos sectores sostienen que, sin ser la causa de la degradación moral de nuestra civilización, su legalización sólo conseguiría agravar nuestra ausencia de valores. Así, leemos: “En la situación contemporánea, caracterizada por un hedonismo plebeyo, por una declinación sin precedentes del sentido de responsabilidad [...], por un claro debilitamiento de instituciones estatales como la justicia y la policía, la legalización total de la droga en Estados Unidos ocasionaría probablemente un desplome de valores normativos de dimensiones imprevisibles o, por lo menos, un deterioro aún mayor del entramado social, el cual se encuentra ya en situación bastante precaria debido a una fatal conjunción de perfección técnica con frialdad humana” . Se expresaba de modo similar un catedrático de Psiquiatría: ”La invasión de la Humanidad por graves cuadros mixtos cannábico-alcohólicos, en las esferas de la dependencia y de la toxicidad, podría producirse muy rápidamente si ambas sustancias disfrutasen del libre comercio y venta. Las implicaciones sanitarias alcanzarían una gravedad extrema. El propio sistema cultural y la racionalidad en cuanto estilo de vida y de pensamiento se verían abocadas a un grado de decadencia quizá incompatible con su supervivencia.”