Argumentos contra la legalización: Dificultaría educar en la abstinencia de drogas

Lo importante es centrar los esfuerzos de la sociedad en las labores de educación y prevención. Hay que mostrar a nuestros niños y jóvenes que las drogas son malas, que no solucionan los problemas y que hay alternativas más saludables para divertirse o relajarse. En este sentido, legalizar implicaría enviarles un mensaje contradictorio: ¿cómo podremos enseñarles que las drogas son dañinas si ven que se venden libremente? ¿Cómo podremos hacer que se alejen de ellas si son fácil y legalmente accesibles? Para que la educación y la prevención funcionen es necesario mantener la represión policial contra su producción y venta.

La educación y la información son imprescindibles para ejercer nuestra libertad. Pero la información no debe consistir en que nuestras instituciones difundan mentiras y medias verdades con el loable propósito de ‘infundir miedo’ y evitar tragedias. No todas las drogas son iguales. No son las drogas las que matan sino el uso que se hace de ellas. La situación de prohibición tan sólo agrava los problemas de salud derivados de su uso. En cualquier caso, creo que los menores de edad no deben usar drogas. Pero pensemos en la ironía que supone perseguir policialmente al adulto que consume marihuana mientras se permite que a niños de 16 años se les venda alcohol.

Para educar en la responsabilidad, es precisa la libertad. En su libro “El valor de educar”, Savater nos lo recuerda: “En la escuela sólo se pueden enseñar los usos responsables de la libertad, no aconsejar a los alumnos a que renuncien a ella” . Y añado que nunca podremos enseñar a los menores a ser responsables de sus actos si seguimos insistiendo en tratar a los mayores de edad como si fueran niños. Eso si que es un mensaje contradictorio, amén de totalitario.