Drogas y el afán prohibidor

Un ensayo sobre las drogas, las prohibiciones y los delirios colectivos

Una idea de Jordi Cebrián

1.2. Desfaciendo entuertos

Si toda esta problemática planteada se ajusta mínimamente a la realidad, la Droga es en efecto el mayor enemigo que la humanidad ha conocido nunca: una infección dañina, mortal, no sólo contagiosa sino de dimensiones epidémicas, que genera daños irreparables en la fisiología y psicología humanas, que deteriora las relaciones sociales hasta el punto de poner en peligro las bases de la civilización y que genera en sus usuarios todo tipo de comportamientos peligrosos y delictivos. Y a esto podríamos sumarle que los esfuerzos por erradicar esta monstruosa plaga algún que otro efecto secundario tienen (avancemos por ejemplo estos: corrupción, robos, asesinatos, extensión del SIDA, centenares de víctimas anuales por consumo de drogas adulteradas, desprecio por los derechos civiles, etc.) Sabemos que, en España, más de un millón de personas han probado la cocaína; que casi cuatro millones y medio han probado derivados del cannabis, y, aproximadamente un millón la consumen habitualmente; y que casi 400.000 personas, en alguna ocasión, han usado heroína . Otras fuentes dan cifras similares e, incluso, superiores. Conocemos también el gran uso de drogas ‘de diseño’ entre los jóvenes. Veamos, pues, por qué un país como el nuestro, con semejantes cifras de usuarios de drogas ilegales (drogadictos, vamos), no es un infierno de proporciones dantescas en el que la vida en sociedad se haya hecho imposible. No ha de extrañarnos descubrir que la conclusión sea que hemos partido de premisas falsas, exagerando y desvirtuando el problema y confundiendo causas con efectos.

Ha de entenderse que el cúmulo de falsificaciones que de la realidad se hacen en este tema es de tales proporciones que el objetivo de desenmascararlas excede con mucho las posibilidades de este capítulo. No ha de extrañar que algunas de mis afirmaciones parezcan heréticas a ojos de muchos. En nuestro contexto, donde reina al respecto la confusión generada por políticos y medios de comunicación y mantenida por una opinión pública desinformada, afirmar por ejemplo que el abandono del consumo de cocaína no provoca síndrome de abstinencia físico puede escandalizar a más de uno. Basta, sin embargo acudir a publicaciones tan poco sospechosas de fomentar la ‘contracultura de las drogas’ como el prestigioso 'Manual Merck de Diagnóstico y Terapéutica' para comprobarlo por uno mismo. Tras describir dependencia física como “estado de adaptación a la droga que se acompaña del desarrollo de tolerancia y se manifiesta con un síndrome de retirada o abstinencia”, asigna a la cocaína “potencial de producir dependencia física, 0: sin efectos”, y un potencial de dependencia psicológica igual al del alcohol, al que, por cierto asigna una dependencia física de 3 sobre 4, solo por debajo de los opiáceos (morfina, heroína, metadona) . Que hechos como éste puedan sorprender sólo muestra el grado de deterioro informativo que se mantiene con la prohibición. Intentaré mostrar en la segunda parte del ensayo cómo se fomenta la mentira, se generalizan los engaños y se extienden los infundios sobre las drogas desde posiciones de poder. De momento, me conformaré ahora con poder introducir la duda respecto a las más flagrantes falsedades aunque recomiendo que los interesados en el tema acudan a las referencias citadas en la bibliografía, donde pueden informarse con mayor profusión y detalle.